miércoles, 25 de noviembre de 2009
El Sol
El Sol es la estrella central de nuestro Sistema Planetario alrededor de la cual todos los cuerpos de este sistema orbitan. Es el objeto más importante en nuestro sistema solar y el más grande ya que contiene aproximadamente el 98% de la masa total del Sistema Solar.
Toda la energía que mantiene la vida en nuestro planeta Tierra proviene de su radiación electromagnética.
Debido a su cercanía a la Tierra, se encuentra a 150.000.000 de km aproximadamente, y como es una estrella típica, el Sol es la estrella más estudiada y, de los datos obtenidos de su atmósfera, podemos analizar y comprender en parte los fenómenos estelares. No se ha estudiado ninguna otra estrella con tanto detalle. La estrella más cercana al Sol, Próxima Centauro, está a unos 4,22 años luz, o sea que la luz de esa estrella tarda 4,22 años en llegarnos, mientras que la del Sol sólo tarda unos 8 minutos en llegar a la Tierra.
Desde los principios de la Humanidad, el hombre consideró al Sol como un objeto muy importante en su vida cotidiana. Muchas culturas antiguas adoraron al Sol y muchas más reconocieron su importancia en el ciclo de la vida. Observando su posición a lo largo del año, se determinaron los solsticios y equinoccios y esto les permitía iniciar los períodos de siembre y cosecha. Además, temieron cuando, debido a los eclipses dejaban de observarlo por unos momentos.
Pero, en cuanto al punto de vista del estudio del Sol como un cuerpo celeste, se tiene conocimiento que recién en el año 200 AC, los astrónomos chinos observaron las manchas sobre su superficie a simple vista. Pero este hecho fue considerado en esa época como un evento singular. Pasaron muchos siglos, y, con la aparición del telescopio se comenzó una observación más científica ya que Galileo Galilei en 1611 utilizó este instrumento para observar las manchas de un modo más sistemático. Este hecho marcó el comienzo del estudio del Sol y ya se lo consideró un cuerpo dinámico, en evolución, y sus propiedades y variaciones pudieron ser, por tanto, comprendidas científicamente.
En 1666, Isaac Newton, científico inglés, observó el espectro del Sol, o sea que vió como se descomponía la luz que nos llegaba de él en los colores que conocemos como los del arco iris. Pero, recién en 1814, con la invención del espectroscopio por Joseph von Fraunhofer, físico alemán, se observaron diferentes líneas espectrales producto de los diferentes elementos que componen la parte visible del Sol, la fotosfera. La precisión de su trabajo determinó el inicio del estudio más detallado desde el punto de vista teórico de la atmósfera solar. Se observó que los mismos elementos presentes en la Tierra eran observados en el Sol y, si el Sol era una estrella y estudiando su radiación (luz) detalladamente se podía determinar los elementos químicos presentes en su atmósfera, lo mismo ocurriría si se estudiase la radiación emitida por otras estrellas. Y así ocurrió. Ello determinó el inicio de la Astrofísica.
Gracias a los nuevos instrumentos diseñados para observar al Sol como así también a las observaciones con satélites dedicados, fue posible mejorar nuestros conocimientos, de la física solar en modo significativo
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